LA HISTORIA DEL CABALLO.
En el año 1500 a. c. el carro de combate fue introducido a Grecia, pero no se consideraban muy prácticos por el tipo de territorio que debían atravesar. En todo caso, la caballería griega no floreció sino hasta tiempos de Alejandro Magno. Con todo, el caballo desempeñó un importante papel dentro de la cultura griega, reflejado lo mismo en el arte que en la mitología. En esos tiempos, como ahora, a las mulas se les asignaban los trabajos considerados indignos para un caballo, pero curiosamente estos animales fueron utilizados en los juegos de Olimpia, donde se llevaban a cabo carreras de carros jalados por cuatro mulas. En otros pueblos las mulas eran preferidas por considerarse más dóciles e incluso la clase noble las prefería como medio de transporte.
Grecia fue el primer pueblo en donde tuvo auge la utilización del caballo en actividades o deportes que incluían el uso del caballo tanto enganchado como montado, puede incluso afirmarse que las bases del deporte ecuestre surgieron dentro de esta civilización. Los primeros hipódromos destinados para tal efecto fueron construidos por los griegos en las ciudades de Delfos, Corinto y Pylos. La pista, ovalada o rectangular, contaba con postes en los extremos para indicar a los competidores un cambio de dirección. El recorrido total era de nueve kilómetros, que eran cubiertos en un total de 12 vueltas a la pista.
Entre de los ilustres personajes que participaron en estos eventos se encuentra Felipe II de Macedonia, quien fue también el primer gobernante griego en utilizar el caballo como pieza fundamental de sus ejércitos. Su hijo, Alejandro Magno, quien nunca participó en competencias deportivas a caballo, contó con una caballería bien organizada y tácticamente bien entrenada para el combate. Montado en Bucéfalo, su fiel compañero de combate, llevó a cabo una campaña de 12 años en Asia contra el Imperio Persa, constante amenaza para Grecia durante muchos años..
Bucéfalo, el más ilustre equino de la historia, murió a consecuencia de las heridas de guerra en la última batalla de esta campaña, en donde los griegos obtuvieron la victoria definitiva sobre los persas.
Se atribuye también a Alejandro Magno la primera utilización de los caballos basada en su morfología: los animales de mayor alzada eran empleados como fuerzas de choque, mientras que los más pequeños y musculosos se usaban en operaciones que requerían una mayor rapidez. Un tercer grupo, formado por los animales más veloces, era utilizado en tareas exploratorias y de comunicación.
LOS PERSAS
El Imperio Persa, uno de los más importantes de la historia, surgió en Asia en tiempos en que la cultura griega florecía en los Balcanes, Italia meridional y Asia Menor. En asociación con lo medos —responsables de la desaparición del imperio asirio—, los persas gobernaban desde el río Indo hasta la península Balcánica y desde Armenia hasta Egipto.
Aunque la caballería persa era escasa y falta de organización, sus sementales eran muy preciados por su excelente calidad, rapidez y fortaleza. Este pueblo destacaba por su habilidad para la cría y selección de animales, más grandes y fuertes que los de los egipcios o asirios.
LOS ETRUSCOS
Los orígenes de los etruscos son hasta la fecha un misterio. Estos pobladores de Asia Menor, se trasladaron hace 3 mil años a la región Toscana, de la Península Itálica. Aunque no se sabe con certeza si utilizaron para su traslado al caballo o si éste tuvo un papel significativo en su cultura, se ha encontrado que con frecuencia estos animales eran enterrados con sus amos, montados o en carros de combate, junto con diferentes objetos destinados a embellecer la otra vida.
Influenciados por los griegos, entre los etruscos florecieron tanto la cría del caballo como el arte de montar. Se cree que dicha influencia se originó en la costa sureste de Sicilia, donde los griegos poseían grandes criaderos de animales de buena calidad.
En el arte etrusco, plasmado en pinturas y frescos, destacan animales de extremidades finas, cabeza pequeña y largo cuello, semejantes a los caballos árabes. Debido a que no contamos con información de importancia sobre el papel de la caballería en el ejército, podemos deducir que el caballo jugó un papel secundario. Por otro lado, se sabe que los etruscos organizaban pruebas ecuestres donde los jinetes montaban a pelo.
LOS ESCITAS
Esta civilización, proveniente de Asia Central, tenía la iraní como su lengua materna. En el siglo VIII a. c. los escitas emigraron a las estepas del norte del Mar Negro y en el año 700 a. c. llegaron a Asia Central, hasta la frontera de Grecia, pueblo con el que mantuvieron un importante intercambio comercial y cultural junto con otros de Europa Central.
A esta cultura se le atribuye la invención de la silla de montar, consistía en un cojín doble de cuero de aproximadamente 60 centímetros de largo que se sujetaba al caballo por medio de un cincho. Este tipo de montura proporcionaba al jinete una mejor distribución del peso, lo que facilitaba su equilibrio, además de contar con unas extensiones de cuero a manera de estribos.
Dentro de las costumbres funerarias de este pueblo destaca que el día del entierro de uno de sus jefes, dentro de los objetos de valor con los cuales el difunto sería enterrado, se incluía media docena de caballos que acompañarían a su amo en la tumba. Pasado un año de la muerte tenía lugar el funeral, durante el cual, a modo de sacrificio, eran degollados 50 sirvientes y 50 caballos. Estos últimos eran atravesados a lo largo por una lanza y sostenidos de pie por medio de estacas clavadas al suelo. Finalmente se colocaban alrededor de la tumba, mientras que los sirvientes se colocaban como jinetes.
